Briefing Producto / Servicio Realizado

"Es el momento de ayudar y nos ofrecimos para aportar todo nuestro esfuerzo", explica Iñigo Odriozola, director de Gureak Ikuztegia y por lo tanto de la lavandería industrial del grupo. Ante el miedo a un colapso de las lavanderías de residencias del territorio, la Diputación se puso en contacto con ellos con el objetivo de externalizar la ropa de cama de las personas afectadas por el COVID-19.

De este modo, y como consecuencia también del cierre de los establecimientos, la lavandería de Gureak ha abandonado su producción dedicada al hotelería –lo que suponía un tercio de su carga– para trabajar exclusivamente en la desinfección de material sanitario llegado de diferentes hospitales (Mendaro, Eibar, Bidasoa, Tolosa, Policlínica Gipuzkoa, Oncológico Donostia y Pakea) y residencias (las de los grupos Matia y Biharko y las de algunas localidades como Irun, Hernani y Hondarribia).

"Todas las residencias que quieran pueden mandarnos su material", apunta Odriozola, añadiendo que todo el material llega a las nuevas instalaciones situadas en el polígono Lanbarren (Oiartzun) donde la producción puede llegar a alcanzar las 24.000 piezas diarias en verano. De hecho, a todo el material recibido de los hoteles y las residencias hay que sumarle los uniformes laborales de diversas empresas que también limpian, lo que suponen entre un 5 y 6% de los 11.000 kilos totales.

La limpieza en estos tiempos de coronavirus se lleva a cabo en dos turnos de lunes a sábado, dejando el fin de semana para la recogida de todo el material en las residencias y hospitales. En total son 118 trabajadores, de los que el 80% disponen de algún tipo de discapacidad, los encargados de desinfectarlo.

LAVADO ESPECIAL Para poder limpiar material procedente de hospitales y de afectados por el COVID-19 en residencias es necesario disponer "de una barrera sanitaria" entre la entrada de la ropa y el procesado (lavado, secado, planchado, etc..).

"Nosotros disponemos de ello y por ese motivo somos válidos", apunta el director de Gureak Ikuztegia, revelando que existen dos maneras de lavar el material que llega allí: por un lado, a través de una de las lavadoras industriales que poseen, siendo la más grande de hasta 35 kilos, y, por otro lado, con dos túneles de lavado de 40 kilos de capacidad cada una.

No obstante, el procedimiento para tratar material infeccioso necesita de un lavado especial, por lo que el centro ha recurrido a "algo que hacíamos puntualmente" como el que vienen haciendo con ropa llegada de residencias con infectados por el virus SARM. "En primer lugar se lleva a cabo un prelavado a 40 grados para luego pasar ya a un lavado de 80 grados. Está demostrado que cualquier virus entre 50 y 90 grados no resiste", informa Odriozola.

Pero por si este lavado no fuera suficiente, en la planta también hacen uso de lejía, agua oxigenada y jabones de sosa.

PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES

Recibir tal cantidad de material contaminado es un peligro para los trabajadores de la lavandería de Gureak y, por este motivo, la protección en el centro es máxima.

Toda la ropa que llega al centro va introducida en una bolsa hidrosoluble, comúnmente de color rojo para que los trabajadores sepan de que el material de su interior está infectado. Estas bolsas se deshacen directamente con el contacto del agua, por lo que los trabajadores pueden introducirlas en las lavadoras sin tener ni tan siquiera abrirlas.

Además, para evitar un posible contacto a la hora de introducirlas –el material hospitalario puede incluir una jeringuilla con algún líquido, por ejemplo–, cada bolsa se introduce en otra más.

Toda la ropa llega en el interior de jaulas que se descargan directamente en las lavadoras. Antes de ello, en el propio camión de recogida se introduce un elemento químico que actúa durante cuatro o cinco minutos y que acaba con el virus que podría seguir vivo en el aire y adosado a las jaulas y bolsas.

Tras la descarga, las propias jaulas han de pasar por un túnel de desinfectado antes de proceder a una nueva recogida.

A este procedimiento hay que sumar que cada trabajador cuenta con una bata de plástico que también se limpia cada día, doble guantes, gafas protectoras y pantallas de plástico que tapan completamente la cara. Además, toda la planta y los vestuarios se limpian cada noche para garantizar al 100% su desinfección.

Un total de 118 trabajadores tratan el material a través de un procedimiento de lavado especial y con las máximas garantías de protección.

¿Quieres ser Visible?

Cuéntanos tu experiencia y háznosla llegar.
La publicaremos y le daremos visibilidad por un bien común.